El pasado 29/05/2017, conocíamos que los ministros de Industria de la UE han pactado, para el proyecto de Reglamento sobre homologación de vehículos, que Europa procederá a verificar el nivel de emisiones reales de los automóviles puestos en circulación.
Todo viene derivado del caso «dieselgate», ya que la normativa europea actual es muy laxa en cuanto a las emisiones, pues sólo se controlan en laboratorio y previo a la comercialización del vehículo y suelen diferir un 30% de media respecto del nivel de emisiones de los vehículos en circulación.
Tras el dieselgate, la sospecha de que más marcas, aparte de Volkswagen, hayan manipulado las emisiones van en aumento, por ello la necesidad de endurecer la normativa. Debido a ello, Elzbieta Bienkowska, comisaria europea de Mercado Interior e Industria indicó lo siguiente, «Dos años después del escándalo, seguimos oyendo acusaciones, revelaciones e investigaciones. Es hora de que tengamos un sistema de homologación creíble y a prueba de fraudes”.
El cambio más importante que traerá este nuevo reglamento es que la Comisión Europea podrá realizar sus propios controles e imponer multas a fabricantes e importadores por cada vehículo que incumpla. Hasta ahora Bruselas no tenía competencia para ello.
El nuevo Reglamento, cuya versión final debe negociarse con el Parlamento Europeo, prevé que cada país revise al menos uno de cada 50.000 vehículos matriculados, y las multas a los fabricantes podrán ascender a 30.000 euros por cada coche que emita por encima de los límites legales impuestos. El parlamento Europeo solicita que no se a uno de cada 50.000 vehículos matriculados sino al 20% del total matriculado.
Además de lo indicado anteriormente, el Reglamento obliga a los Estados miembros a imponer una tasa de homologación a los fabricantes que se usará para retribuir a los servicios técnicos encargados de la homologación. Con ello, se quiere eliminar el pago que realizan los fabricantes a los servicios encargados de verificar las emisiones para evitar tratos de favor.